martes, 13 de mayo de 2014

REFLEXIONES Y RECOMENDACIONES SOBRE LA RESOLUCION SOBRE LA ACTUALIZACION, AJUSTE Y ARTICULACION DEL MARCO LEGAL NACIONAL PARA FACILITAR A LOS SECTORES PRODUCTIVOS EL DESARROLLO DE SUS CAPACIDADES ANTE LA ELIMINACION DE LOS ARANCELES EN EL DR-CAFTA


Elaborado por 
Eladio Contreras

MARCO DE REFERENCIA.

El Pleno Senatorial, constituido en Comisión General, ha decidido crear el escenario, para que los principales actores económicos, políticos y sociales, tanto públicos como privados, expresen sus reflexiones y sugerencias, para la adecuación, ajuste y articulación del marco legal nacional, que facilite a los sectores productivos nacionales, una eficiente inserción en los mercados globales, y también que puedan conservar una parte importante del mercado nacional, ante sus competidores internacionales. 
Como es de suponer, los acuerdos de libre comercio, ya sean bilaterales o multilaterales, presentan dos grandes ámbitos: Por un lado, está la parte referida a la ampliación de los mercados, ya que a parte del mercado nacional hay que contemplar los mercados de los países signatarios de los mismos, y por otro lado está la parte de las recaudaciones fiscales. Como estos tipos de acuerdos establecen un calendario de desmonte arancelario, las recaudaciones tienden a reducirse, lo que representa un sacrificio fiscal de los países signatarios.
El DR-CAFTA es un acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos de América, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana Se firmó en Agosto de 2004, entró en vigencia en Marzo de 2006.

Los productos sensibles del agro dominicano, ( habichuela, ajo, cebolla, arroz, pollo, leche en polvo, azúcar ) tienen un período de 20 años para entrar al libre comercio total, pero hay cuotas anuales contempladas en contingentes.

Impacto del DR-CAFTA en la Balanza Comercial de Rep. Dominicana.

Para el año 2004, que aun no estaba en vigencia el DR-CAFTA, la República Dominicana importó de los países signatarios del acuerdo, un total de 2,693 millones de dólares. Para el año 2013, las importaciones alcanzaron un valor de 8,006 millones de dólares, para una tasa de crecimiento en el periodo de 197%, es decir, casi se triplicaron.
En el caso de las exportaciones, estas observaron en el año 2004, un total de 4,122 millones de dólares. Para el año 2013 totalizaron unos 4,230 millones de dólares, para un crecimiento en el periodo de apenas 2.62%.
La balanza comercial para el año 2004 fue de 1,429 millones de dólares, a favor de la República Dominicana, es decir, hubo un superávit comercial. Para el año 2013, la balanza comercial fue de 3,776 millones de dólares, negativo, es decir, hubo un déficit en la balanza comercial. Es decir, entre el 2004 y el 2013, el balance comercial se ha deteriorado en más de 5,000 millones de dólares, con las implicaciones económicas y sociales que representa.
Si observamos la trayectoria de los resultados comerciales del periodo, se aprecia una situación altamente preocupante, en el sentido de que de los 10 años analizados, la República Dominicana solamente tuvo un superávit comercial en los años 2004 y 2005. En todos los otros años ha tenido un resultado comercial negativo, siendo el año 2011 el de peor desempeño cuando tuvo un déficit comercial por más de 4,600 millones de dólares.

AÑO
TOTAL EXPORTACIONES
TOTAL IMPORTACIONES
BALANZA COMERCIAL
2004
$4,121,983.00
$2,692,561.00
$1,429,422.00
2005
$4,439,682.00
$3,925,352.00
$514,330.00
2006
$4,092,505.00
$4,777,071.00
-$684,566.00
2007
$3,154,219.00
$5,712,031.00
-$2,557,812.00
2008
$3,222,147.00
$6,146,107.00
-$2,923,960.00
2009
$2,747,180.00
$5,517,025.00
-$2,769,845.00
2010
$2,820,435.00
$6,419,254.00
-$3,598,819.00
2011
$3,467,017.00
$8,078,105.00
-$4,611,088.00
2012
$4,150,455.00
$7,942,194.00
-$3,791,739.00
2013
$4,230,179.00
$8,005,773.00
-$3,775,594.00

Fuente: Elaborado por la FUENEDEM con datos de TRADE MAP

jueves, 1 de mayo de 2014

LA INFORMALIDAD: UN ENFOQUE CONCEPTUAL


Elaborado por:
Eladio Contreras Reyes,
Economista

LA INFORMALIDAD: UN ENFOQUE CONCEPTUAL.

Por considéralo de alto interés y de actualidad, la  Fundación Economía & Democracia, Inc. (FUENEDEM), cumpliendo con sus objetivos misionales, pone a la disposición de sus lectores, un artículo elaborado el 1 de mayo del año 2014.

Desde hace más de 40 años se viene hablando de la informalidad empresarial.  El concepto de informalidad fue introducido en un estudio sobre pobreza en África hace cuatro décadas ( Hart, 1970). Desde entonces, se han suscitado diversos e intensos debates al respecto, muchos de ellos aún no concluidos, que incluyen la definición misma de informalidad, así como también sus causas, consecuencias y el tipo de políticas que se requieren para reducirla.

¿Qué es y cómo se mide?

La discusión sobre qué es la informalidad aún no ha sido resuelta a pesar de los años transcurridos, lo cual lleva a pensar en la utilidad práctica de este concepto.

En América Latina, se han identificado hasta dos visiones sobre el tema:

Por un lado, existe una visión que ve en la informalidad a “una forma de producir originada en la heterogeneidad estructural de las economías latinoamericanas que se define por su escaso capital, tecnología rudimentaria y desconexión de los circuitos financieros formales, lo cual de paso determina una forma de utilización de la mano de obra” (Tokman, 2004).

Por otro lado, existe otra visión según la cual las regulaciones son la clave para entender el fenómeno de la economía informal (Klein y Tokman, 1995). Al interior de esta línea de pensamiento se distinguen dos vertientes. Una que identifica la existencia del sector informal como consecuencia de legislación inadecuada y burocracia ineficiente (De Soto, 1986), y otra, que también resalta el rol de la regulación pero que asocia esto con la división internacional del trabajo, mediante la cual, con la finalidad de abaratar costos, empresas de países más avanzados subcontratan a empresas del tercer mundo en donde las relaciones laborales están fuera de la reglamentación estatal (Portes, Benton y Castells, 1989).

Se trata de un término que se suele usar para expresar fenómenos diversos. El Banco Mundial (Palmade y Anayiotos, 2005), distinguen al menos cuatro tipos de informalidad que involucran causas distintas y demandan también políticas de diferente naturaleza:

·         Informalidad Laboral. Ocurre cuando los trabajadores informales no tienen derechos sociales, seguridad social y otros beneficios orientados a las condiciones de trabajo, que si tienen los trabajadores formales.
·         Informalidad en los Productos. Ocurre cuando empresas informales compiten con las formales deslealmente en el mercado de productos o servicios.
·         Informalidad en la propiedad de la tierra.
·         Evasión de impuestos

Políticas de Formalización

El debate sobre definición y medición de la informalidad refleja en gran medida el debate sobre sus causas, y por tanto de las recomendaciones de política. Al respecto, Sepulveda y Syrett (2007), hacen un resumen de estos enfoques y señalan que existen dos enfoques principales.

Primero, una visión (legalista y predominante en las economías más avanzadas) que puede ser estrictamente legal o progresista. Segundo, en contraste, existe otra visión, más habilitadora (‘enabling approach’, proveniente de países en desarrollo) que reconoce la posibilidad de identificar beneficios económicos y sociales positivos para los individuos y sus comunidades debido a su involucramiento en la informalidad. Esta segunda visión asume que la erradicación de la informalidad no ha sido viable a lo largo del tiempo y admite la posibilidad de que el trabajo y la empresa informal podría representar un activo para el crecimiento económico y la inclusión social.

Aquellos que identifican en la informalidad con a estratos empresariales de baja productividad, evidentemente tenderán a recomendar políticas de estímulo a la misma. De otro lado, quienes ven en la informalidad el incumplimiento de normas y regulaciones, tenderán a identificar como sus causas al Estado y su funcionamiento. Las diferencias en las prioridades identificadas difieren notablemente.

Es por ello, que al tomar como ejemplo,  el criterio basado en las características de la actividad realizada, Zevallos (2007) –resumiendo la experiencia de FUNDES en 8 países de América Latina6– concluye que los principales obstáculos para las pequeñas y medianas empresas en estos países son:

·         Funcionamiento del Estado
·         Deficiencias en infraestructura y servicios
·         Condiciones de acceso al financiamiento

Después de estas tres, en un segundo nivel de importancia, le siguen:

·         Acceso a mercados (interno y exterior)
·         Aspectos tributarios
·         Aspectos laborales

En un tercer nivel de importancia, continúan:

·         Problema de representatividad de los gremios Pyme

En un cuarto nivel de importancia siguen:

·         Calidad de los recursos humanos
·         Aspectos tecnológicos
·         Aspectos sociales típicos de cada país
·         Políticas de fomento
·         Aspectos Macroeconómicos

Y finalmente, en quinto lugar:

·         Aspectos de medioambiente

Quienes toman la definición legalista plantean que los determinantes más importantes para la informalidad son:

a) la existencia de una costosa y compleja regulación gubernamental y,
 b) el nivel y complejidad de la tributación.

Para hacer estas afirmaciones, toman como referencia la base de datos que suministra el proyecto Doing Business, que mide las regulaciones en el mundo, para hacer comercio.

Según este informe, con diferencias entre países, la región latinoamericana presenta indicadores que dan cuenta de algunos factores que limitan el inicio y desarrollo de los negocios, los cuales tienen que ver precisamente con las características de la regulación existente en cada país.

Es por ello, que las estrategias, programas o proyectos que se derivan de este tipo de enfoque son principalmente aquellos que tratan de simplificar y facilitar la creación de empresas, o de reducir costos de producción y de transacción.

Evidentemente que en este enfoque, el énfasis de política se ubica en los costos de la formalidad.

Hay que dejar claramente establecido, entonces,  que los costos de la formalidad solo tienen sentido cuando se comparan o vinculan,  a los beneficios de la misma.

Desafortunadamente, son pocos los estudios que han analizado este aspecto. Uno de los pocos estudios al respecto ha sido desarrollado por el IFC del Banco Mundial en varios países de la región. Este interesante estudio preguntó a los propios empresarios, que ya son formales, por qué preferían ser formales antes que informales.

Las respuestas fueron las siguientes:

RAZONES
VALOR
ACCESO A SISTEMA JUDICIAL/CONTRATOS
2.9
OPERAR A MAYOR ESCALA
2.9
MEJORAR ACCESO A CREDITO
2.9
OBTENER MAYOR CLIENTES
3.2
NO PAGAR SOBORNOS
3.4
CUMPLIR CON LA LEY
3.6
NO PAGAR MULTAS
3.6


1: Nada importante 2: Poco importante
3: Importante 4: Muy importante
Fuente: IFC. http://www.municipalscorecard.com

Se ve claramente que las primeras respuestas tienen que ver con aspectos que en realidad no son beneficios propiamente dichos (“no pagar multas” o para “cumplir con la Ley” o “no pagar sobornos”).

Recién en cuarto lugar aparece la respuesta que se esperaría estuviera primero: la obtención de nuevos clientes o mercados para las empresas.

Esos resultados, parecieran sugerir que los beneficios de la formalidad no parecen ser muy evidentes para las empresas pequeñas, lo cual plantea la necesidad de impulsarlos. Esto es importante ya que si los beneficios de la formalidad son muy bajos, se podría llegar al extremo de reducir los costos de la formalidad y aun así la formalidad no sería atractiva.

Por otro lado, los análisis que inciden en los costos de la formalidad se concentran en los niveles de la regulación pero pocas veces se trata el tema del cumplimiento efectivo de la misma. Un problema central en varios países de la región es la baja capacidad para hacer cumplir las leyes.

Esto crea el circulo perverso de la impunidad, es decir, ante la falta de sanción ante una falta, quien antes cumplía con las normas deja de hacerlo, porque el cumplimiento le genera un costo, que se lo ahorra el infractor. Entonces, en los países como el nuestro, la violación a las normativas a veces se constituye en un elemento determinante de competitividad, por lo que en algunos casos, de forma racional, el empresario prefiere la violación y la posible multa.

El caso de la inspección laboral ha sido recientemente analizada por Piore y Shrank (2006; 2007) en América Latina y en Centro América, utilizando para ello, un indicador de número de inspectores por cada 100 mil ocupados. Salvo Chile, todos los países analizados tienen menos de 7 inspectores por cada 100 mil ocupados, lo cual evidencia una baja probabilidad de detección de infracciones laborales, para cualquier tecnología de inspección utilizada. Más aun, si se correlaciona este indicador, con las tasas de informalidad que publica la OIT, se observa una correlación negativa simple entre ambas variables. El impacto de acciones de fiscalización puede ser significativo. En Brasil, Almeida y Carneiro (2005), encuentran que las empresas en donde hay más fiscalización tienen sustancialmente menos empleo informal, aunque también tienen menos producto por trabajador, ventas por trabajador, salario neto y capital por trabajador. No encuentran que una mayor fiscalización altere significativamente el volumen de empleo total, lo cual sugiere que también hay substitución de empleo formal por informal.

Vamos a seguir evaluando ese y otros estudios, y a tratar de aplicarlos en la República Dominicana, donde hay unos niveles de sub-registros que dificultan las investigaciones con cierto nivel de rigurosidad.

La idea es continuar evaluando las razones que hace que un empresario decida formalizar su empresa o no: todo es un análisis costo/beneficio.

Es por ello que en la formulación de políticas públicas relativas al fomento de la empresarialidad en la República Dominicana, tiene que hacerse despojado de las intenciones puramente fiscalistas (DGII/ISR, TSS/SS, etc.). Si la intención real no es el desarrollo de la capacidad del aparato productivo nacional, entonces los resultados serán los que se están verificando en los últimos años: cada dia que pasa la cantidad de empleos informales es mayor. Por lado hay estadísticas que plantean que representan el 57% del total. Cuando se segregan los empleos estatales, sube a un 65% ( cifra por revisar ).

Seguimos luego.


http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/8/36888/Serie_MD_88.pdf

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