miércoles, 18 de agosto de 2021

LOS RETOS DEL SECTOR AGROPECUARIO DOMINICANO (2da parte)

Elaborado por:

Eladio Contreras Reyes

Director Ejecutivo

(Continuación...)

Los grandes retos de los sistemas agroalimentarios son producir bajo esquemas de sostenibilidad ambiental y a costos razonables, los alimentos y materias primas de origen agropecuario, para una población y economía que está en constante crecimiento.

La agropecuaria, además de ser rentable, tiene que serlo con perspectiva ambiental. En otras palabras, la rentabilidad sostenible es el criterio que prevalecerá para tener acceso a los mercados.

Se estima que para este año 2021 la población mundial es de cerca de 7.8 billones de personas. Para el año 2050, la población se estima rondará los 9.7 billones de personas, lo que representa un incremento poblacional de un 24% en un período de 29 años.

La República Dominicana, su sistema agroalimentario, está sometido a los mismos retos y desafíos que el resto del mundo, con algunas particularidades propias de los sistemas insulares y por nuestra ubicación en el Caribe.

Esos grandes retos a su vez, se ven potencializados ante la concurrencia de otros eventos, como son:

  • el impacto del cambio climático
  • la escasez de recursos naturales
  • la proliferación de plagas y enfermedades
  • el desperdicio de alimentos

Es por ello, que toda la comunidad agropecuaria, que incluye las entidades oficiales de rectoría y fomento, las agencias de cooperación e investigaciones, a los productores y a los demás actores de la cadena global de valor, debemos aunar esfuerzos y voluntades para la implementación de estrategias tendentes a superar cualquier tipo de limitación u obstáculo.

Nos gustaría poder compartir con Ustedes, brevemente, algunos aspectos que entendemos importantes y que marcan la tendencia del sector de cara a los próximos años.

Es importante que se entienda, que todas las acciones que entre todos formulemos, deben propiciar, entre otros no menos importantes, los siguientes resultados:

Mejorar el acceso a mercados y facilitar inversiones para productos amigables ambiental y socialmente, reduciendo los impactos negativos sobre los ecosistemas naturales y el clima global. (Se deberá analizar la demanda en volúmenes cada vez más importantes de biocombustibles en Europa y los Estados Unidos. Aunque se hace la salvedad de que ese uso no alimentario de bienes de origen agropecuario, también puede presionar la seguridad alimentaria).

Mejorar la eficiencia en el uso del suelo, incrementando la productividad con mejores tecnologías y prácticas de manejo que aumenten la capacidad de resiliencia a fenómenos climáticos, a la vez que reduzcan las presiones sobre ecosistemas naturales y también propicien, en lo posible, desarrollo local (Hay que gestionar el debido consenso para la aprobación de la Ley de Ordenamiento Territorial y de Uso de Suelo que tiene más de cinco años en Congreso Nacional, el anteproyecto preparado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo).

Fortalecer subsectores y cadenas productivas, involucrando criterios de sostenibilidad que resulten en mejores medios de vida para los productores locales, con menores impactos ambientales, más organizadas y más incluyentes (Hay que propiciar acciones tendentes a la reconfiguración y de fortalecimiento institucional de las agencias oficiales de rectoría y fomento agropecuario, de las organizaciones de productores agropecuarios, enfatizando el desarrollo de esquemas asociativos).

LOS GRANDES ASPECTOS QUE DIRECCIONAN EL FUTURO DE LOS SISTEMAS AGROALIMENTARIOS MUNDIALES SON:

1. Agricultura Sostenible o Climáticamente Inteligente

2. Agricultura de Precisión, TICs aplicada a la agricultura y Robótica o automatización de los procesos para responder al reto de la reducción de mano de obra y aumento de la demanda... el desafío de la productividad

3. Mejoramiento de semillas y genética para fortalecer resistencia a enfermedades y plagas.

4. Energía sustentable como negocio agropecuario... agua...sol…biomasa...

5. Enfoque exportador para ampliar las oportunidades de mercados

6. Agricultura vertical y la agricultura urbana

7. Producción bajo ambiente controlado

8. Mas valor vía procesamiento y más calidad

Mejorar la Gestión de la Tierra

Existen dos TIC de mayor importancia para manejar la tierra: los SIG y los sistemas de TD. 

Los SIG - Sistemas de Información Geográfica - permiten recopilar muchas informaciones que proceden de diferentes fuentes, en una representación espacial única, lo que resulta más fácil para la adecuada gestión del territorio.

Mientras que los sistemas de TD -Teledetección-, son herramientas muy importantes para asegurar el seguimiento de los recursos terrestres (por ejemplo, la vegetación, los cuerpos de agua, entre otros), especialmente cuando una sola institución se encarga de la supervisión de un gran territorio. La recuperación de datos sobre el terreno es una operación costosa y que consume mucho tiempo. Sin embargo, los sistemas SIG y TD no pueden reemplazar completamente las observaciones locales, o sea sobre el terreno. Hace falta encontrar un equilibrio entre la supervisión remota e in-situ y no resulta fácil.

John Deere invierte US$305 millones en la compra de la compañía robótica Blue River Technology. Se trata de una empresa emergente que usa inteligencia artificial para distinguir maleza de cultivo y la rocía con toda precisión con herbicidas. Blue River dice que su primer producto, LettuceB ya se está usando para controlar la maleza en 10% de la producción norteamericana de lechuga.

Blue River Technology fabrica varias herramientas agrícolas:  un rociador automático de malezas, un aparato que recorta las hojas de lechuga en escala y software para los drones que analizan los cultivos.

Los tractores John Deere tienen actualmente cierto nivel de autonomía; algunos pueden autoconducirse con ayuda de señales de GPS mientras unos sensores emiten imágenes que determinan la calidad del grano durante la cosecha.

Pero la compañía dice que la Inteligencia Artificial de Blue River va a permitir a futuros tractores entender cada planta en forma individual en cultivos de lechuga y algodón, dos áreas donde Blue River ya ha hecho demostraciones.

En algunos casos los rendimientos de los cultivos pueden ser idénticos si se usan los promedios, pero diametralmente distintos en una situación de distintos niveles de pendientes.

Ese dato sólo podrá obtenerse mediante la realización de un mapa de rendimiento. Igualmente podrán analizarse el tipo y la dosis de fertilizantes aplicar, la densidad de semilla, la fecha de siembra, el esparcimiento entre hileras, entre otros.

El impacto del uso de las tecnologías de la agricultura de precisión podría ser una mejoraría de los márgenes a través de un aumento del valor del rendimiento cantidad o calidad; o de una reducción en la cantidad de insumos. También podría darse una combinación de ambos

Mejoramiento de Semillas y Genética para Fortalecer Resistencia a Enfermedades y Plagas

La expansión de la agropecuaria ha generado, primero, en un incremento del área cultivada y, luego, en la necesidad de aumentar la productividad por planta. Es por ello que se hacen cuantiosas inversiones en investigación y desarrollo.

La transgénesis y los organismos genéticamente modificados han permitido la obtención de cultivos tolerantes a herbicidas (TH) y resistentes a insectos (Bt), lo que ayuda reducir los costos de producción –por el menor consumo de combustible y cantidad de labores y aplicaciones– y también a reducir  el impacto ambiental por el menor uso de insecticidas, entre otros.

Desde hace años se está trabajando en la manipulación genética como una de las herramientas que permitirá desarrollar cultivos más eficientes en el consumo de agua y en la absorción de nutrientes, con ciclos más cortos y resistentes a los eventos climáticos extremos.

La modificación genética es una técnica más entre un abanico de procesos que se pueden realizar para mejorar la agricultura. 

Seleccionar las mejores características y minimizar las probabilidades de que los cultivos sean perjudicados por factores externos, son básicamente los objetivos de la genética aplicada a los vegetales.

Energía Sustentable como Negocio Agropecuario (Biomasa y Etanol)

Por energía renovable se conciben aquellas que utilizan los recursos inagotables de la naturaleza, como la biomasa, las radiaciones solares o el viento.

Hoy prestaremos especial importancia a la biomasa y al etanol, por su particular relación con el desarrollo del campo, en un país que lo requiere más que nunca para su desarrollo sostenible.

El desarrollo de los biocombustibles (etanol y biodiesel), así como las inversiones realizadas en la generación de energía a partir de la biomasa resultante en estas cadenas de valor (bagazo de caña y residuos de fruto de palma africana), son ejemplos claros del surgimiento de iniciativas relacionadas con bioenergía en República Dominicana.

Varios especialistas consideran que la República Dominicana tiene el potencial de producir etanol para exportarlo a todo el Caribe.

Estas actividades, hasta el momento, se han visto beneficiadas por políticas de Estado que son necesarias para promover una actividad económica, que, al ser emergente, le es complejo crecer y desarrollarse exitosamente por sí sola.

La Ley 57-07, de Incentivos a las Energías Renovables y Regímenes Especiales, plantea toda una serie de estímulos que en mayor o menor medida propician las inversiones en estos combustibles de menor impacto al medio ambiente.

Enfoque Exportador para Ampliar las Oportunidades de Mercados

Durante muchos años, hasta la firma del DR-CAFTA, los productores dominicanos, en especial los agropecuarios, prácticamente solo pensaban en el mercado nacional como destino de su producción.

La agenda de liberación comercial, de la que la República Dominicana forma parte, ha obligado a replantear los viejos paradigmas de protección del mercado nacional vía altos aranceles.

Las economías con reducido tamaño doméstico saben que el aparato productivo nacional NO se va desarrollar solo pensando en abastecer el mercado interno de algo más de 10 millones de consumidores.

La población mundial es de cerca de 7,800 millones de personas. En un sentido, ese sería el mercado potencial de la República Dominicana.

Obviamente, hay que focalizar los apoyos y estímulos en los bienes agropecuarios donde somos más competitivos, siempre dándole atención especial a los de mercados diferenciados.

Los mercados orgánicos, de comercio justo y de otras certificaciones voluntarias, son de alto interés para el sector oficial agropecuario, por lo que se debería seguir fortaleciendo el Sistema Nacional de Sanidad e Inocuidad Agropecuaria.

Desde hace cerca de 4 años, en coordinación con el Ministerio de Agricultura, otras entidades oficiales, productores agropecuarios, la asociación de mataderos industriales, con el apoyo técnico y financiero del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, se están implementando diversas acciones para lograr la equivalencia de las normas sanitarias dominicanas y norteamericanas, lo que permitiría reanudar las exportaciones de carnes a los Estados Unidos de América.

Pero si hay algo que se asemeje más a las carreras con obstáculos, nos parece que son los sistemas de sanidad en sentido general, y los sistemas de sanidad agropecuaria, en sentido particular.

En el pasado mes de julio, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, confirmó la presencia de la peste porcina africana (PPA), en la República Dominicana.

La peste porcina africana (PPA), es una enfermedad viral contagiosa que afecta a los cerdos de todas las edades y causa una fiebre hemorrágica. Puede presentarse en varias formas que van desde sobreaguda, aguda y subaguda hasta crónica y asintomática.

La estrategia de control que han adoptado la mayoría de los países, para contener su difusión ha sido el sacrificio y/o destrucción de los animales infestados, con las pérdidas económicas que esto representa tanto para el productor como para el país. Esa situación obliga a establecer una estrategia de compensación que vaya en beneficio de ambos.

Este brote de PPA en el país, debe servirnos de lección, en el sentido de que, debe fortalecerse la sanidad e inocuidad agropecuaria, sobre todo en lo que respecta a los recursos humanos de capacidad probada. Los departamentos técnicos de sanidad agropecuaria deben contar con sueldos razonables, capacitación permanente, trasportación adecuada, y estabilidad laboral.

PARA QUE SE ENTIENDA: Los departamentos de sanidad agropecuaria, son los llamados a evitar que de la República Dominicana salgan productos agropecuarios con enfermedades, plagas, o cualquier sustancia que pudiera amenazar los sistemas agropecuarios del extranjero o afectar la salud de quienes los ingieran en el extranjero, por un lado; y por otro, tienen las responsabilidad de evitar la entrada de productos agropecuarios con enfermedades, plagas, o cualquier sustancia que pudiera amenazar el sistema agropecuario nacional o afectar la salud de quienes los ingieran en la República Dominicana.

Agricultura Vertical y Urbana 

Para el año 2050, casi el 80% de la población mundial vivirá en centros urbanos. Partiendo de las estimaciones más conservadoras de las actuales tendencias demográficas. Entre los años 2021 y 2050, población humana aumentará en unos 1,900 millones de personas. Se estima que se necesitarán 10.000.000.000 de hectáreas de nuevas tierras (algo más que la superficie de un país como Brasil) para producir suficientes alimentos para alimentar a estas personas, siempre que se sigan las prácticas agrícolas tradicionales de hoy en día.

Actualmente, atendiendo datos de la FAO y la NASA, más del 80% de la tierra apta para cultivos está en uso. Históricamente, alrededor del 15% se ha echado a perder por el uso de malas prácticas.

La pregunta obligada es ¿Qué hacer para evitar ese gran problema?

Dickson Despommier en su libro “The Vertical Farm: Feeding the World in the 21 st Cent” que traducido al español seria “La Agricultura Vertical; Alimentando el Mundo en el Siglo 21”, desarrolla la última versión de esta idea.

Despommier, en su libro, intenta enfrentarse a los desafíos del crecimiento acelerado de la población, el cambio climático y la disminución de los recursos, a través de la búsqueda de fuentes alternativas de alimentos, agua y energía para cumplir con las mayores demandas y necesidades del mundo.

Localizar los sistemas agrícolas en edificios de gran altura en nuestras ciudades, según Despommier, cambiaría significativamente la forma en que se cultivan las frutas, verduras, aves y el pescado, reduciendo sustancialmente muchos de los serios problemas ambientales a los que se enfrenta actualmente.

Este autor expresa que las ventajas potenciales de la agricultura vertical serían evidentes, pero el origen de las mismas partiría de la ampliación y del desarrollo de los nuevos métodos de cultivo basados en la hidroponía y la aeroponía.

Indica que la tecnología ya existe en la actualidad para aplicar a su proyecto. “Cada piso tendrá su propio sistema de riego y sistemas de monitoreo de nutrientes. Habrá sensores para cada planta que realizan un seguimiento de cuándo y qué tipo de nutrientes tiene que absorber la planta.

Además, podrá contar con sistemas para controlar enfermedades de las plantas mediante el empleo de tecnologías de chips de ADN que detectan la presencia de patógenos en las plantas mediante un simple muestreo del aire y el uso de fragmentos de diversas infecciones virales y bacterianas.

Ventajas de las granjas verticales:

  • los cultivos pueden crecer las 24 horas del día, los 365 días del año
  • los cultivos quedarían protegidos de las condiciones climáticas impredecibles y       perjudiciales
  • Reutilización de agua captada del ambiente interior
  • Pueden proporcionar empleos a los residentes locales
  • Permite la eliminación del uso de pesticidas, fertilizantes o herbicidas
  • Reduce drásticamente la dependencia de los combustibles fósiles
  • Previene la pérdida de cultivos debido a enfermedades o plagas
  • Detiene la escorrentía agrícola

La agricultura vertical tal como se plantea en el libro “La Agricultura Vertical; Alimentando el Mundo en el Siglo 21”, quizás no sea actualmente necesaria en la República Dominicana, pero sí debe ser un llamado de exhortación para usar, bajo los mas estrictos criterios de eficiencia, todos los espacios donde se pueda materializar la producción agropecuaria.

 

 

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